Uno de los paisajes más hermosos e increibles de nuestro planeta, el cual tiene un nombre en honor a su belleza “Cascada de los dioses”, que se constituye en una de las cascadas más espectaculares de Islandia. Se encuentra localizada en el municipio de Þingeyjarsveit región de Norðurland Eystra al norte del país, en el inicio de la carretera de las tierras altas de Sprengisandur.
La cascada tiene unos 12 metros de altura y unos 30 de largo. Es un precioso salto de agua partido en su centro por una roca de la que cae un chorro por su parte central que le da un aire místico. Pertenece al río Skjálfandafljót, que con sus 180 km. es el cuarto más largo del país.
La lava por la que discurre el agua de la cascada fluyó en la antigüedad a través del Valle Bardardalur originándose en algún punto del borde del Glaciar Vatnajökull. Esta colada de lava es casi tan larga como el propio río Skjálfandafljót.
Ahora que ya sabemos un poquito de historia de Godafoss os cuento desde el punto de vista viajero nuestra experiencia. Hay que decir una cosa sobre las carreteras en Islandia y es que están perfectamente señalizadas y no supone ningún problema llegar hasta aquí, de hecho, desde la lejanía y se podría ver la nube de agua pulverizada que el viento levantaba de la cascada.
Tiene un estacionamiento de tierra con los carteles en varios idiomas que nos explican la historia de la Cascada, todo muy limpio y cuidado. Esta es la primera imagen que tenemos de Godafoss nada más bajar del coche.
Durante las estaciones secas como el verano las aguas se tornan de color azul intenso y turquesa, el cual encanta más a las personas que frecuentan sus increíbles saltos.
En contraste con la estación fría, la cascada de los dioses o Goðafoss; Se torna de un aspecto muy diferente por el frío que alberga el norte de Islandia durante el invierno. Las aguas que caen se convierten en masas de hielo que cubren el espacio por donde el agua fluye, en forma de un vestido de novia.