El Gobierno de México restituye un bien cultural a la República de Nigeria. Foto: Melitón Tapia, INAH.
Recientemente las autoridades aduaneras de México han decomisado un objeto cultural de suma importancia para el pueblo yoruba de Nigeria y lo ha repatriado como muestra de buena fe en la lucha contra el tráfico de bienes culturales nacionales y en cumplimiento de la iniciativa del gobierno mexicano por recuperar todos los bienes nacionales que están en el extranjero.
El objeto cultural perteneciente a la cultura Ife del pueblo yoruba, fue decomisado por miembros de las autoridades aduaneras mexicanas en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México. Una escultura bien elaborada a base de bronce del pueblo yoruba, la cual se pretendía entregar por un envió vía postal.
La escultura perteneciente a la antigua ciudad de Ife, la cual se localiza en el suroeste de Nigeria, la cual es la cuna del pueblo Yoruba. Una antigua civilización de la que se estima que su desarrollo urbano pudo iniciarse desde el 500 a. C. Por lo cual, los bienes culturales son de mucha importancia y valor histórico para la república federal de Nigeria.
El pueblo Yoruba, constituyen un gran grupo etnolingüístico del oeste africano, los cuales constituyen el 30% de la población del país con una población que va desde los 28 hasta los 40 millones de individuos en toda la región, de los que unos 22 millones hablan su idioma.
Esta estatua hace parte de la religión y la mitología yoruba, la cual tienen una influencia considerable en África occidental, principalmente en Nigeria, y ha dado lugar a muchas religiones del Nuevo Mundo, como la santería en Cuba, Puerto Rico, Rep. Dominicana y Venezuela.
Las autoridades aduaneras mexicanas han puesto la escultura Yoruba a disposición de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Secretaría de Cultura de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Para que fuese entregado a un representante de la Embajada de Nigeria en México. La entrega se llevó a cabo en la sede de la cancillería mexicana, quien puso a su disposición la Administración Central de Operación Aduanera para que el bien pueda salir del país Azteca y regrese a su patria natal la República Federal de Nigeria.
