Sin duda que uno de los fenómenos físicos que poco conocemos por su escasa ocurrencia son los arco iris blancos.
Los arco iris blancos, son fenómenos físicos conocidos técnicamente como arcoíris lunar o arco iris lunar o sencillamente arco lunar, los cuales ocurren por la refracción de la luz, en este caso lunar, sobre una lluvia o neblina nocturna.
Los arcos iris lunares son relativamente tenues, debido a la escasa cantidad de luz que llega desde la Luna. Como los arcos iris, los arcos lunares se encuentran siempre en el lado opuesto del cielo desde el que llega la luz de la luna.
Un fenómeno muy parecido y que se suele confundir con los arcoíris blancos son los arcoíris de niebla, pero debido al tamaño diminuto de las gotitas de agua que causan la niebla, menores que 0,05 mm, los arcos iris de niebla tienen colores muy débiles, un borde exterior rojo y un interior azulado. En algunos casos cuando las gotitas son muy pequeñas parece blanco. Un arco iris de niebla se puede ver en nubes, típicamente desde un avión mirando hacia abajo y entonces se llama “arco iris de nube”.
Condiciones óptimas para presentarse un arcoíris blanco
Las mejores condiciones para que se produzca un arcoíris lunar son:
- Cielo despejado.
- Luna llena (cuando la luz de la luna es más brillante).
- Justo después del crepúsculo vespertino o antes del crepúsculo matutino (cuando la luna todavía está baja).
- Abundante humedad (por lo que es más fácil verlos en cataratas).
Es difícil distinguir los colores en un arcoíris lunar porque la luz es generalmente demasiado débil para excitar los conos receptores de colores del ojo. Sin embargo, las cámaras fotográficas sí son capaces de captar los distintos colores.