Unos de los secretos mejores guardados por la naturaleza, es sin duda la forma como los insectos realizan estructuras muy complejas, como las hormigas, termitas y abejas; sin embargo, los científicos nos han revelado que las abejas utilizan patrones matemáticos para la construcción de sus colmenas.
Según un nuevo estudio publicado en la revista ‘Journal of the Royal Society Interface’, un equipo de investigadores ha descubierto que las abejas australianas sin aguijón construyen sus panales siguiendo complejos patrones matemáticos sin tener un plan previo, ni coordinarse de forma global con el resto de abejas obreras.
Por medio de amplios estudios, los cuales contaron con la observación directa durante largos periodos de tiempo a las abejas ‘Tetragonula carbonaria’, una especie endémica de Australia. Los investigadores han determinado que estas abejas no se conectan durante el trabajo con el resto de abejas obreras, sino que siguen las mismas reglas que los átomos y las moléculas. Algo que para los investigadores es un claro ejemplo de la aplicabilidad de las matemáticas a la naturaleza.
Los investigadores creen que las abejas crean sus panales en espirales, dobles espirales o con forma de diana; formando los mismos patrones de terrazas que se observan en minerales, como por ejemplo, en el nácar de las conchas de los moluscos.
Algo que ha sorprendido grandemente a los investigadores, debido a que estos siempre creyeron que estas construían sus panales gracias a una gran coordinación entre obreras. Estas construyen sus panales añadiendo nuevas celdas en el extremo de cada capa del panal, sin algún tipo de súper coordinación.
Para tener mas certeza de esto, algunos científicos de la Universidad de Cambridge y la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, desarrollaron un modelo matemático, el cual, ahora nos explica claramente cómo las abejas llegan a estos patrones sin necesidad de tener un plan previo ni coordinación global entre obreras.
Los investigadores revisaron las estructuras y el orden en que las abejas construyen los panales, determinando un modelo de complejidad mínima, en el cual, cada obrera puede contribuir al crecimiento del panal, tan solo al seguir estos patrones matemáticos inmersos como un instinto. Algo que también podría ser empleado por otros insectos como hormigas y termitas, salvo que ya se sabe que las hormigas poseen estructuras sociales muy complejas.