Un nuevo desarrollo científico se ha logrado por un grupo de investigadores que han logrado crear en laboratorio una bacteria especializada para alimentarse del dióxido de carbono, la cual podría ayudar a reducir la contaminación del aire por emisiones de este tipo y devolver de este elemento bioenergia.
Este significativo avance científico que fue publicado en la revista Nature, ha sido desarrollado por un grupo de científicos entre los cuales participaron bioquímicos y biólogos sintéticos del Instituto Max Planck de Microbiología Terrestre en Marburg, Alemania; desarrollando mediante diseño genético una cepa de bacteria “Escherichia coli” diseñada para crecer mediante el consumo de dióxido de carbono.
La bacteria Escherichia coli, que han diseñado los científicos ha sido modificada genéricamente mediante la alteración del funcionamiento interno, generándole una especialidad muy particular que la hace crecer al consumir dióxido de carbono en lugar de azúcares u otras moléculas orgánicas como suelen hacerlo las bacterias.
La bacterias Escherichia coli, es un miembro de la familia de las enterobacterias y forma parte de la microbiota del tracto gastrointestinal de animales homeotermos, como por ejemplo el ser humano. En donde cumplen funciones muy especializadas y diferentes a la especialidad que han desarrollado estas bacterias diseñadas para crecer mediante el consumo de dióxido de carbono.
Aun que los científicos han desarrollado esta especialidad en una cepa de esta bacteria, los organismos Escherichia coli, son muy comunes en la naturaleza, debido a que es la bacteria anaerobia facultativa comensal más abundante de la microbiota del tracto gastrointestinal de los seres humanos, en donde junto con otros microorganismos es esencial para el funcionamiento correcto del proceso digestivo y para la producción de las vitaminas B y K.
Escherichia coli y su dieta de gases de dióxido de carbono.
Para el desarrollo de esta especialidad en una cepa de Bacterias E. coli, los científicos utilizaron una combinación de ingeniería genética y evolución de laboratorio, para darle a la bacteria genes que codifican un par de enzimas que permiten a los organismos fotosintéticos convertir el CO 2 en carbono orgánico.
Al comienzo, las bacterias se negaron a cambiar sus harinas de azúcar por CO 2, pero al final los científicos lograron cambiar estos hábitos alimenticios de esta cepa de microorganismos por medio del cultivo sucesivo de generaciones de E. coli modificada durante un año, dándoles solo pequeñas cantidades de azúcar y CO 2 a concentraciones aproximadamente 250 veces mayores que las de la atmósfera de la Tierra.
Después de los 300 días de haber suministrado pequeñas cantidades de azúcar y CO 2, las bacterias comenzaron alimentarse de solo el CO2 y a crecer mucho mas rápido de lo que crecen las bacterias que solo se alimentan de azucares en el laboratorio.
Un logro que puede significar mucho para la microbiologia y para la industria bioquímica del mundo. Estas bacterias E. coli modificadas geneticamente, pueden ser muy útil en la produccion de moléculas de carbono orgánico que podrían usarse como biocombustibles o para producir alimentos, brindandole la posibilidad a muchas empresas de fabricar productos que generen menos emisiones en comparación con los métodos de producción convencionales y podrían eliminar el gas del aire.
Ademas, también podrían ser utilizadas en la construcción de filtros de chimeneas en las fabricas que emiten gran cantidad de dióxido de carbono, logrando reducir al máximo las emisiones de este gas a la atmósfera terrestre y así purificar mucho mas rápido el aire de nuestro planeta.