Las personas tenemos por costumbre rascarnos después que un mosquito se alimenta de nuestra sangré o aplastarlo en el momento que lo miramos posando sobre nuestro cuerpo.
Sin embargó, estas practicas tienen un grave efecto colateral debido a que los parásitos se propagan mas en nuestro cuerpo por estas acciones.
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En el momento que el mosquito posa su cuerpo sobre un area de nuestro cuerpo, al mismo tiempo tambien deja en la parte por donde extrae la sangré sustancias microbianas que generan infecciones en la lección y al ser rrascada por la mano del afectado se complica mas la lección y es propenso a una infección masiva.