Muchos científicos creen que el daño a las selvas, en especial las tropicales, es una de las principales causas del calentamiento global. Esto se debe a que las selvas actúan como una red de seguridad para detener las emisiones de dióxido de carbono. Las selvas también ayudan a mantener los ríos y lagos llenos, aportando agua. La eliminación de zonas selváticas a menudo lleva a inundaciones. Las selvas actúan como esponjas, y las tierras se vuelven más secas cuando se elimina un área grande de este ecosistema. Como resultado, las lluvias fuertes no se absorben, sino que correrán por la superficie.