Las mediciones de los latidos del corazón de un ser humano se han convertido en algo habitual para los médicos detectar problemas asociados al corazón, por lo cual es algo muy normal y común para nosotros. Sin embargo, las mediciones del corazón de el animal mas grande de nuestro planeta (La Ballena Azul), resultarían bastante sorprendentes de conocer por primera vez.
En un reciente estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, realizado por biólogos marinos de la Universidad de Stanford Jeremy Goldbogen; han logrado monitoriar la frecuencia cardíaca de una ballena azul por medio de una máquina de electrocardiograma naranja brillante unida con ventosas al cuerpo de este cetáceo gigantesco.
La ballena azul, es un animal mamífero que habita en los océanos de nuestro planeta y puede alcanzar hasta 30 metros de largo y pesar 200 toneladas. Es considerada en la actualidad como el animal mas grande del mundo, el cual cuando nada en los océanos logra reducir su ritmo cardíaco a tan solo dos latidos por minuto mientras se lanza bajo la superficie del océano para comer.
Los investigadores utilizaron una máquina de electrocardiograma naranja brillante, la cual unieron con ventosas al cuerpo de esta ballena azul, logrando medir de forma increíble la frecuencia cardíaca de este cetaceo. Un registro cardíaco muy asombroso que revelo la frecuencia cardíaca máxima de 37 latidos por minuto después de que el mamífero marino que respiraba aire volviera a la superficie de una inmersión en busca de alimento.
Algo muy sorprendente para los científicos ya que la frecuencia cardíaca humana normal en reposo varía de aproximadamente 60 a 100 latidos por minuto, pero alcanza un máximo de aproximadamente 200 durante el esfuerzo atlético. Demostrando de esta forma que cuanto más grande es el animal, menor es la frecuencia cardíaca que realiza el animal, lo que minimiza la cantidad de trabajo que realiza el corazón mientras distribuye la sangre por todo el cuerpo; lo que concuerda con la frecuencia cardíaca de los mamíferos más pequeños como las musarañas que pueden llegar a realizar frecuencias cardíacas de más de mil latidos por minuto.