
Perú, es sin duda alguna uno de los países más bellos del mundo en cultura y en riqueza natural, algo que contrasta con sus gran historia arqueológica y sus extrañas formaciones geológicas; como en este caso de unos raros depósitos salinos en la cima de una montaña en las cercanías a la ciudad de Maras, en el valle sagrado de los Incas.
Estos extraños estanques de sal que sirven de sustento para la comunidad rural de esta región, se encuentran en el Valle Sagrado de los Incas, a 40 kilómetros al norte de Cusco, en la región de Cusco en Perú. Han sido durante mucho tiempo un destino turístico muy apetecido por investigadores de todo el mundo que encuentran en este lugar un punto de referencia para comprender cómo la geología de la tierra presenta caprichosamente extrañas formaciones naturales.




El origen de los estanques de evaporación de sal y la ciudad de Maras en el Perú.
Los estanques de evaporación de sal en las cercanías a la ciudad de Maras en el Perú, han sido durante mucho tiempo una parte ligada con la cultura de esta región, fueron explotados desde tiempos preincaicos evaporando agua salada de una corriente subterránea local.
Los primeros pueblos pertenecientes al imperio Inca, se dieron cuenta de que en la cima de esta montaña existía la presencia de agua altamente salada que emerge de un manantial, una salida natural de la corriente de agua subterránea que se dirigía hasta la pendiente de esta montaña, por lo cual los primeros pueblos Incas construyeron pequeños estanques o terrazas que con el tiempo tendrían mucha importancia y tomarían esta forma que hoy podemos visitar.
Mediante la construcción de este intrincado sistema de pequeños canales y terrazas, el agua logra descender gradualmente hacia los cientos de estanques antiguos en terrazas para comenzar por acción de la luz solar un proceso de evaporación que al final deja como resultado los depósitos de sal que explotan los pobladores de la ciudad más cercana, la ciudad de Mara.
Los estanques de evaporación de sal están a cuatro kilómetros al norte de la ciudad de Maras, por un cañón que desciende hasta el río Vilcanota y el Valle Sagrado de los Incas. En la actualidad existen más de 5,000 estanques de sal esculpidos sobre la pendiente de la montaña. Poseen unas dimensiones aproximadas de cuatro metros cuadrados de área, y ninguno supera los treinta centímetros de profundidad.
Así mismo, los estanques poseen una forma de polígonos que ayuda a que el flujo de agua fluya cuidadosamente por la pendiente de la montaña llenando cada estanque. A medida que el agua se evapora de los estanques calentados por el sol, el agua se convierte en la sal sobresaturada y precipita como cristales de varios tamaños en las superficies internas de las paredes de tierra de un estanque y en el suelo de tierra del estanque, para luego ser extraída por los pobladores de la región.