Un reciente estudio científico realizado por la Universidad de Melbourne, Australia, ha demostrado que la genética del tilacino ( Thylacinus cynocephalus ), comúnmente conocido como el tigre de Tasmania; fue clave en su extincion.
Los reportes científicos demostraron que el ultimo tlacino conocido, un depredador marsupial que una vez varió de Nueva Guinea a Tasmania, murió el 7 de septiembre de 1936 en un zoológico en Hobart, Australia.
El estudio se centro el la realización de una secuencia del genoma mitocondrial de la especie, un corto tramo de ADN que se hereda por vía materna, utilizando pelos extraídos de un tilacino almacenado en la Institución Smithsonian en Washington DC . En el último estudio, un equipo dirigido por el genetista del desarrollo Andrew Pask de la Universidad de Melbourne obtuvo el genoma nuclear mucho más largo, mediante el muestreo de tejido de un tilacino de un mes que se había encontrado en la bolsa de su madre en 1909 y se conservaba en alcohol.
el análisis correspondiente a esta secuencia demostró que parte de la culpa por la extinción tiene que ver con la perdida genética hereditaria en el tiempo. El genoma nuclear contiene información sobre muchos más antepasadosque un genoma mitocondrial. El equipo observó una fuerte caída en la diversidad genética, lo que sugiere que el número de tlacina comenzó a disminuir hace unos 70,000-120,000 años, mucho antes de que los humanos llegaran a Australia. Patrones similares se han visto en el genoma del demonio de Tasmania ( Sarcophilus harrisii ). Feigin sospecha que un clima refrescante redujo el hábitat de ambas especies, lo que las hace potencialmente más vulnerables a los humanos.
Con relación al estudio los científicos realizaron experimentos correspondientes para determinar que si están correctos los análisis. Se utilizo el método que demostró que esta evolución convergente afecto directamente la especie del marsupial.
El equipo de Feigin y Pask identificó 81 genes que codifican proteínas en los que tanto cánidos como tilacinos habían adquirido cambios similares en el ADN, incluidos algunos con funciones en el desarrollo del cráneo. Pero ninguno de los genes en los que ocurrieron estos cambios parecía estar evolucionando bajo selección natural en ambos linajes, por lo que es poco probable que fueran responsables de los rasgos compartidos de la especie.