Las ballenas son mamíferos que poseen un largo oído de hasta un tercio de la longitud total de su cuerpo, que en edad adulta mide de 15 a 17 metros y pesa de 50 a 80 toneladas. A diferencia de muchos animales marinos como los peces, las ballenas tienen características de peces, pero son animales marinos que descienden de mamíferos semejantes a ciervos.
La investigación realizada a barios fósiles sugiere que los artiodáctilos dieron origen a las ballenas y que el hipopótamo es su pariente vivo más próximo. Sin embargo, los hipopótamos aparecieron en el registro fósil hasta hace 35 millones de años, luego de que las ballenas se separaran de sus antepasados terrestres, lo que deja un enorme vacío en la secuencia evolutiva.
Sobre esta investigación se pronuncio el paleontólogo Hans Thewissen, del colegio de Medicina y Farmacología de la Universidad del Noreste de Ohio de la siguiente forma: “Creemos que Indohyus vivía en manadas, y que muchos de aquellos animales murieron simultáneamente en la región”, y continuo explicando. “Sus huesos fueron arrastrados por el agua hasta el río y quedaron enterrados juntos”.
El estudio publicado en la revista “Nature”, se apoya en algunos fósiles encontrados en el territorio asiático, específicamente en la India. Los fósiles muestran características distintivas que sugieren que los antiguos ungulados (animales con pezuñas) son los muy buscados “eslabones perdidos” en la evolución de las ballenas.
La estructura de cráneos y oídos revela que Indohyus estuvo estrechamente emparentado con las ballenas, afirma el grupo de estudio. El hallazgo es “sorprendente”, dado que Indohyus tenía el frágil aspecto de un ciervo, apunta Thewissen. “Era apenas del tamaño de un mapache, pero si lo viéramos en un zoológico, nos parecía muy similar a un ciervo en miniatura”, agregó.
A pesar de ello, la estructura ósea sugiere que el animal pasaba mucho tiempo en el agua. Los huesos de las extremidades poseían una gruesa y densa capa exterior, característica observada a menudo en mamíferos acuáticos modernos, como el hipopótamo, pues requieren de un lastre adicional, señaló el equipo de estudio.