Segun los registros hallados de la antigüedad, se ha podido determinar que durante la mayor parte de la edad Media la actividad principal fue la agricultura, por lo que las tierras de cultivo y los bosques eran las propiedades más preciadas. Los campesinos eran la base de la actividad productiva, pues ellos y sus familias cultivaban los alimentos. En general las familias eran extensas y vivían en un mismo espacio; varias de ellas componían una aldea, que además de ser la unidad básica de población estaba encargada de controlar el acceso a los bienes de uso común, como bosques, pastizales, canteras, pantanos y ríos, entre otros.
Los artículos de uso cotidiano, como ropa, zapatos y herramientas, se producían en pequeños talleres artesanales. La mayoría de la población tenía pocos recursos y sólo los nobles podían comprar productos de lujo, como joyas de oro, ropa fina y armas de metal. En los pueblos había pocos productos para intercambiar o vender; generalmente esto se hacía en pequeños mercados o en ferias ocasionales. Alrededor del siglo x aumentó el comercio entre los reinos europeos. También cobró mayor importancia el intercambio mercantil con el imperio bizantino y Medio Oriente, gracias a lo cual empezaron a llegar a Europa productos de India, Persia y China.