Un hallazgo excepcional en el suroeste de China está reescribiendo lo que sabemos sobre la evolución de los grandes saurópodos en Asia. Un equipo de paleontólogos ha descrito una nueva especie de dinosaurio mamenquisáurido, nombrado como “Mamenchisaurus sanjiangensis”, descubierta en sedimentos del Oxfordiano temprano cerca de Chongqing. Este saurópodo, conocido por su imponente cuello y su tamaño colosal, aporta piezas clave a un rompecabezas evolutivo que llevaba décadas incompleto.
Los mamenquisáuridos del este de Asia han sido fundamentales para entender la historia temprana de los eusaurópodos. Sin embargo, muchos fósiles estaban demasiado fragmentados para aclarar las relaciones entre estos dinosaurios y otros linajes contemporáneos. El nuevo espécimen, sorprendentemente bien conservado, cambia ese panorama.
El análisis filogenético revela que M. sanjiangensis ocupa una posición divergente dentro del grupo, aunque mantiene una afinidad cercana con la mayoría de las especies conocidas de Mamenchisaurus. Lo más sorprendente es que presenta una combinación única de características esqueléticas que muestran fuertes convergencias con los neosaurópodos, un grupo que posteriormente dominaría gran parte del mundo.
Estas similitudes no son casuales: sugieren que ambos grupos pudieron haber competido por nichos ecológicos similares. En este escenario, los mamenquisáuridos habrían desarrollado estrategias evolutivas que les permitieron mantener su predominio en el este de Asia, incluso antes de que las masas continentales de la región se reconectaran con Europa durante el Cretácico temprano.
El descubrimiento de Mamenchisaurus sanjiangensis no solo añade un nuevo nombre al registro fósil: abre una ventana a la compleja dinámica evolutiva que moldeó a los mayores herbívoros del planeta. Con cada nuevo esqueleto, se vuelve más claro que la historia de los saurópodos aún guarda muchas sorpresas bajo tierra.