Ilustración artística del gigantismo en serpientes. Créditos fotográficos: Easy Peasy AI
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El origen temprano del gigantismo en las anacondas: lo que revelan los nuevos fósiles del Mioceno de Venezuela

Nuevas evidencias fósiles reescriben la historia evolutiva de Eunectes

Un reciente estudio aporta el registro fósil más completo y detallado hasta la fecha sobre la evolución temprana de las anacondas (Eunectes), revelando cuándo y cómo surgió el gigantismo en el linaje de las serpientes más pesadas del planeta.

Los fósiles provienen de las formaciones Socorro y Urumaco, en el estado Falcón (Venezuela), uno de los depósitos neógenos más ricos de Sudamérica. Allí, entre más de 180 vértebras fósiles, los investigadores identificaron varias especies de boidos, incluyendo múltiples especímenes de “Eunectes”.

Los fósiles: la ventana al Mioceno tropical

Los restos analizados representan al menos 32 individuos, datados entre 14,5 y 6,8 millones de años (Mioceno medio–tardío). El material incluye: Vertebras de Colombophis, un alethinofidio clásico del Neógeno, varios boidos indeterminados y lo más importante: numerosos fósiles de anacondas tempranas (Eunectes).

La conservación es variable, pero suficiente para aplicar análisis morfológicos y métricos robustos. Estas anacondas habitaron ambientes que iban desde sistemas deltaicos hasta extensas planicies inundables, en un paisaje dominado por gigantes acuáticos: enormes caimanes, tortugas colosales, peces de gran tamaño y una rica fauna asociada a pantanos y ríos del sistema “Pebas”, el megahumedal que dominó la cuenca amazónica en el Mioceno.

 ¿Qué tan grandes eran las primeras anacondas?

Para estimar el tamaño corporal real, los autores utilizaron modelos de regresión SMA basados en medidas vertebrales (PRPR y CW), con un gran set de datos comparativos de serpientes actuales.

Los resultados son fascinantes. “Por un lado Eunectes del Mioceno Medio (Socorro Fm.), podia llegar a tener un promedio estimado de 5,2 m, un máximos estimados entre 5,5 y 5,7 m, por otro lado Eunectes del Mioceno Tardío (Urumaco Fm.) podía tener un promedio estimado entre 4,3 m, y podía llegar a un máximos estimado de 5,6 m”.

El gigantismo en las anacondas ya estaba presente hace al menos 12,4 millones de años. Su tamaño promedio era comparable al de la “anaconda verde moderna” (E. murinus). Aunque se detecta una ligera reducción del tamaño promedio del Mioceno Medio al Tardío, esta no es concluyente, y los tamaños máximos siguen siendo altos en todas las etapas.

¿Por qué se volvieron gigantes tan temprano?

El análisis sugiere una coincidencia crítica debido a que el surgimiento de las anacondas gigantes coincide con la expansión del “sistema de humedales de Pebas”, lo cual se dio en un ambiente cambiante con alta productividad, aguas cálidas y estables, abundancia de presas grandes, competencia y coexistencia con reptiles colosales.  Este entorno habría favorecido el aumento de tamaño corporal en organismos acuáticos, como también ocurrió con crocodilomorfos y tortugas gigantes. Las anacondas se adaptaron tempranamente a este ecosistema “lento, pantanoso y rico en megafauna”, y ese cuerpo gigante se mantuvo en el linaje hasta la actualidad.

Las anacondas aumentaron de tamaño rápidamente y mantuvieron ese gigantismo por más de 12 millones de años.

¿Por qué Eunectes sobrevivió y otros gigantes no?

Mientras muchos reptiles gigantes del Mioceno (caimanes, tortugas, etc.) se extinguieron o redujeron drásticamente su tamaño antes del Plioceno, las anacondas persistieron sin perder su gigantismo, el presente estudio sugiere varias causas entre las cuales encontramos la flexibilidad ecológica, distribución amplia en humedales de la cuenca norte suramericana, estrategia de depredación eficiente, baja competencia directa en el nicho acuático de emboscada. En pocas palabras: Eunectes era ya un depredador altamente optimizado en el Mioceno, y lo sigue siendo hoy.

Gracias a este descubrimiento, el registro fósil venezolano se consolida así como uno de los más importantes para entender la evolución de las serpientes gigantes del Neógeno.

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