Desarrollaron grandes músculos en una era donde la fuerza y la ferocidad reinaban, es la forma como siempre nos imaginamos de los últimos dinosaurios, pero un estudio demostró que tenían súper sentidos y vivían de esta forma.
Según un nuevo estudio realizado por un equipo internacional de investigadores, el cuál fue publicado en la revista Scientific Reports, los últimos dinosaurios aviarios sobrevivientes exhibieron una diversidad de ecologías, modos locomotores y estructuras sociales muy diferente a las que nos imaginamos, tenían súper sentidos y vivían en madrigueras.
Para el estudio, los investigadores realizaron una reconstrucción en 3D de Thescelosaurus negligus, el último neornitisquio del Cretácico, para estudiar su neuroanatomía y paleobiología, descubriendo habilidades y características muy avanzadas.
Thescelosaurus negligus o Willo (lagarto maravilloso) como se le conoce, es un espécimen fósil que se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte, un herbívoro pequeño (3,6 metros de largo o 12 pies) pero pesado (340 kilogramos o 750 libras) que vivió en lo que hoy es América del Norte justo antes de la extinción masiva del final del Cretácico, hace 66 millones de años.
Gracias al análisis de la reconstrucción en 3D descubrimos que Thescelosaurus negligus, tenía un súper sentido del olfato y un equilibrio excepcional, rasgos asociados con especies animales que pasan la mayor parte debajo de la tierra en madrigueras o cuevas.
Específicamente poseía un rango auditivo estrecho, con capacidad limitada para distinguir frecuencias altas, junto con lóbulos olfativos y canales semicirculares anteriores inusualmente bien desarrollados, lo que indica un olfato agudo y una sensibilidad vestibular.
Un conjunto de características propias de especializaciones para comportamientos de excavación, como lo demuestran las huellas y la evidencia fósil esquelética en tescelosáuridos divergentes anteriormente.
Así mismo, los investigadores determinaron que Thescelosaurus negligus tenía una audición limitada, sólo podía oír alrededor del 15% de las frecuencias que los humanos pueden detectar, y entre el 4% y el 7% de las que pueden oír los perros y gatos.
Sin embargo, este dinosaurio desarrollo un excelente sentido del olfato relativamente más grandes que los de cualquier otro dinosaurio que conocemos hasta ahora, y similares a los de los caimanes actuales, que pueden oler una gota de sangre a kilómetros de distancia.
El estudio fue realizado por los investigadores David Button de la Universidad de Bristol, Reino Unido y Universidad Estatal de Carolina del Norte; Lindsay Zanno de la Universidad Estatal de Carolina del Norte y Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte; los cuales, informan de estas características y habilidades poco estudiadas de los dinosaurios .