Estas plantas obtienen la mayoría de sus necesidades nutricionales mediante la captura y el consumo de protozoos y animales, especialmente insectos; lo que las convierte increíblemente en carnívoras.
Según un nuevo estudio realizado por un equipo de investigadores del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad sueca de Linköping, han descubierto pequeños pelos sensoriales que generan señales eléctricas y al rozarse hacen que las plantas carnívoras detecten y atrapen los insectos, lagartos y pequeños roedores que se posan sobre ellas.
Las plantas carnívoras o plantas insectívora, obtienen la mayoría de sus necesidades nutricionales mediante la captura y el consumo de protozoos y animales. Actualmente se cree que crecen en lugares donde el suelo es pobre en nutrientes, obligándolas a optar por atrapar su alimento nutricional.
En el mundo se ha registrado en la actualidad una docena de géneros en cinco familias, las cuales, están representadas en más de seiscientas treinta especies que atraen y atrapan a sus presas, luego producen enzimas o poseen bacterias digestivas para absorber los nutrientes resultantes.
Los investigadores realizaron un amplio estudio de señales eléctricas, especialmente sobre la planta carnívora Venus atrapamoscas (‘Dionaea muscipula’), descubriendo la respuesta sensorial eléctrica al tacto y a factores de estrés que se generan en esta.
En los estudios, se expuso como la parte interior de la trampa de la planta Venus atrapamoscas tiene pequeños pelos sensoriales, los cuales, cuando se activan o rosan, generan una señal que da lugar a un impulso que se propaga y genera el cierre de la trampa.
Sin embargo, este mecanismo de la trampa en la venus atrapa mosca, solo se cierra cuando los pelos sensoriales se tocan dos veces en unos 30 segundos. De este modo, la planta ahorra energía, ya que no se cierra cada vez que un pelo es estimulado por algo que no sea una presa potencial.
Para los investigadores, el estudio publicado en la revista ‘Science Advances’, es muy importante debido a que se empleó una nueva tecnología de medición biomecánica que permitirá estudiar también la resistencia de las plantas y buscar formas de mejorar la productividad de estas en la agricultura.