Entre los escombros voces claman por ayuda, llenas de angustias cuando la luz aparece después de permanecer horas bajo paredes de concreto de los edificios que colapsaron en el fatal terremoto que afecto la mañana del lunes 6 de febrero Turquía y Siria.
Actualmente grupos de numerosas nacionalidades han acudido en ayuda humanitaria para colaborar en misiones de rescate de las personas sepultadas en Turquía; sin embargo, la situación en Siria es un poco compleja debido a que poco se puede acceder al territorio por la situación del conflicto armado que hace años agobia el este país en el Oriente Próximo.
Las autoridades de Turquía han informado que por el momento se tiene la desgarradora cifra de 23.700 muertos y 82.000 heridos entre ambas naciones. Hay más de 12.500 edificios completamente destruidos o gravemente dañados en ambos países. En Turquía especialmente el número de víctimas suman 20.213 y los heridos, más de 77.711. En Siria, las víctimas mortales son 3.553, de ellas 2.166 en las zonas del noroeste del país controladas por los rebeldes.
Todo esto agiliza las labores de rescate de los grupos humanitarios que han llegado a estos países para lograr sacar de los escombros a las personas que aun puedan seguir con vida debido a que las autoridades turcas ya ha dado por terminados los trabajos de búsqueda de supervivientes en las provincias de Sanliurfa y Kilis.
Mientras tanto, en Siria, el presidente Bachar el Asad se ha desplazado a las zonas afectadas por los seísmos, pese al conflicto armado que agobia el país, especialmente en la ciudad de Alepo donde se encuentra una gran concentración de los afectados.
Es una crítica situación la que viven actualmente estas dos naciones afectadas por el gran sismo. Muchas naciones han enviado ayuda humanitaria tanto en alimento como en víveres domésticos para apoyar a las familias que han quedado desprotegidas a la intemperie al perder sus viviendas.