El derretimiento del hielo ártico, los incesantes incendios en la selva tropical más grande de nuestro planeta (Amazonia) y el aumento de los desastres ambientales por inundaciones, fueron los efectos generados por el quinto año más caliente registrado en la tierra que nos pasa su factura según un reciente estudio.
Según los análisis de la Agencia de la Aeronáutica y el Espacio Norteamericano (NASA), la temperatura superficial promedio de la Tierra en 2022 empató con 2015 como la quinta más cálida registrada, registrando temperaturas globales en 2022 alrededor de 1,6 grados Fahrenheit (0,89 grados Celsius) por encima del promedio para el período de referencia de la NASA (1951-1980).
Todo esto se debe a una tendencia de calentamiento a largo plazo del planeta, la cual se cumplimenta con los últimos nueve años, los cuales han sido los años más cálidos desde que comenzaron los registros modernos en 1880. Esto significa que la Tierra en 2022 fue aproximadamente 2 grados Fahrenheit (o aproximadamente 1,11 grados Celsius) más cálida que el promedio de finales del siglo XIX.
Consecuencias y tendencia para el 2023.
Según lo informan los científicos del Instituto Goddard de Estudios Espaciales (GISS) de la NASA en Nueva York, estas tendencias continuarán para el año 2023 debido a que las actividades humanas continúan lanzando enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, y los impactos planetarios a largo plazo se reflejan en los desastres que hoy en día sufrimos.
Las emisiones de gases de efecto invernadero impulsadas por el hombre se han recuperado después de una breve caída en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. En la actualidad los investigadores determinaron que las emisiones de dióxido de carbono fueron las más altas registradas en 2022.
Todo esto afecto nuestro planeta en el 2022 y lo seguirá afectando en el 2023. El cambio climático ha intensificado las lluvias y las tormentas tropicales, ha profundizado la severidad de las sequías y ha aumentado el impacto de las marejadas ciclónicas.
En algunas regiones trajo lluvias monzónicas torrenciales que devastaron Pakistán y una megasequía persistente en el suroeste de Estados Unidos. En Sudamérica incesantes incendios en la mayor selva tropical del mundo, lo cual destruyo gran parte del hábitat prístina de miles de especies de seres vivos y poblaciones nativas que conviven en ella. Algo que puede repetirse para los años posteriores si las tendencias de calentamiento globales continúan de esta forma.