Desde el comienzo del brote epidémico del virus del SARS-CoV-2, en la ciudad de Wuhan, se pensaba que este solo sería una enfermedad estacionaria que afectaría a las personas asiáticas; sin embargo, este se extendió y ha generado una pandemia global con más de 4.168.427 de personas infectadas y más de 285.445 personas fallecidas, entre los cuales, la gran mayoría se encuentran en los Estados Unidos.
Según el último reporte de la Johns Hopkins University (JHU), que evalúa en tiempo real el número de infecciones y fallecimientos por esta enfermedad, los Estados Unidos ha reportado hasta el momento una cifra superior al 1.346.163 de personas infectadas con el virus SARS-CoV-2 que genera la enfermedad del COVID-19. Además, también ha reportado una cifra muy elevada de mortalidad con respecto a otros países, la cual está por encima de las 80.297 muertes en menos de 2 meses.
Los Estados Unidos se ha convertido día tras día en el mayor epicentro de la enfermedad de Covid-19. Sin embargo, el reporte de la Johns Hopkins University (JHU), también muestra que esta tendencia a la alza en cuanto al número de contagios y de muertes ha mostrado un declive, lo cual representa una esperanza para millones de estadounidenses que viven con temor a esta enfermedad.
Además, el reporte en general demuestra que la taza de contagios alrededor del mundo también tiene una tendencia a la baja, pero con el mismo panorama de los países más afectados en el eje del hemisferio norte del planeta.
Sin embargo, Rusia, es el país que está presentando una tendencia al alza en el número de contagios, pero una tendencia con muy poca mortalidad en comparación con otros países. En la actualidad, el reporte de la Johns Hopkins University (JHU), muestra que Rusia ha superado a Italia y Alemania en el número de contagios con unas 221.344 personas infestadas y unas 2.009 muertes por Covid-19; lo cual, demostraría que si no nos cuidamos, estas tendencias pueden cambiar rápidamente en algunos países.
Imagen superior. Foto ilustrativa (Atención casos de coronavirus SARS-CoV-2) Créditos: Francisco Àvia, Hospital Clínic de Barcelona.