Los registros fósiles de la fauna prehistórica nos cuentan historias increíbles de antiguos ecosistemas donde las serpientes sudamericanas podrían ser tan grande como un vagón de autobús (Titanoboa), y en otros casos podrían caminar utilizando patas como si de otro animal se tratara; bueno, eso es lo que ha revelado el reciente descubrimiento de una serpiente antigua con extremidades posteriores.
El reciente descubrimiento publicado en la revista científica Science Advances, fue realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Buenos Aires (Argentina), en colaboración con paleontólogos de la Universidad Maimónides, y de la Universidad de Louisville; los cuales han descubierto en el Área Paleontológica La Buitrera en el norte de la Patagonia, los restos fósiles de una antigua serpiente que poseía patas como los lagartos actuales.
Los restos fósiles han sido estudiados y examinados con minuciosidad, determinando al final que pertenecen a una antigua serpiente “Najash rionegrina”, nombre “Nahas” que proviene del hebreo para serpiente y “Rionegrina” debido a la provincia de Río Negro en Argentina, donde se descubrieron los fósiles.
Los restos fósiles pertenecientes a la serpiente Najash rionegrina, tienen aproximadamente 95 millones de años, los cuales han arrojado luz sobre la forma como evolucionaron las serpientes debido a la forma craneal de su cabeza. Estos huesos fósiles que en general comprenden la cabeza de una serpiente y algunos de sus dientes, han mostrado la anatomía que ratifica de alguna forma que las serpientes evolucionaron de lagartos.
Así mismo, los estudios realizados sobre los restos fósiles de la serpiente que vivió en un desierto al norte de la Patagonia en Argentina, nos amplían más el concepto que se tiene de la evolución de estas debido a su forma craneal es muy parecida a la de los lagartos actuales. Desde hace mucho tiempo se creía que las serpientes evolucionaron de un ancestro lagarto ciego y excavador, por lo que también se pensaba que el grupo de serpientes de madrigueras pequeñas, con forma de gusano y boca pequeña, conocidas como scolecophidians eran las serpientes vivas más primitivas. Sin embargo, los restos fósiles recientemente encontrados muestran una idea muy diferente sobre estas.
Los científicos creen que los restos fósiles de la antigua serpiente Najash, muestra que los cráneos de ese linaje de serpientes antiguas no se parecían en nada a los de las serpientes escolecófidas, estas antiguas serpientes tenían bocas grandes con dientes afilados y algunas de las articulaciones móviles del cráneo que son típicas de la mayoría de las serpientes modernas, por lo cual eran más bien parecidas a algunos reptiles debido a que también poseían patas como los lagartos actuales.