Un 4 de octubre, un día como hoy fue cambiada la historia de la Astronomía para siempre. El primer objeto hecho por el hombre yacía en el espacio, fuera de nuestro círculo terráqueo.
El 4 de octubre de 1957, cuando la Unión Soviética lanzó exitosamente el Sputnik. El primer satélite artificial del mundo era aproximadamente del tamaño de una bola de playa, de unos 23 pulgadas de diámetro y pesaba menos de 190 libras. Tardó unos 98 minutos en orbitar la Tierra en su camino elíptico. Ese lanzamiento dio paso a nuevos desarrollos políticos, militares, tecnológicos y científicos. Si bien el lanzamiento de Sputnik fue un evento único, marcó el comienzo de la era espacial y la carrera espacial entre Estados Unidos y la URSS.
Al igual que la Unión Soviética, Estados Unidos planeaba lanzar un satélite como parte del Año Geofísico Internacional. Atrapados fuera de guardia, el público estadounidense sintió ecos del ataque japonés a Pearl Harbor hace menos de 16 años. Los estadounidenses temían que los soviéticos -que creían estar detrás de los Estados Unidos tecnológicamente después de la devastación de la Segunda Guerra Mundial- pudieran lanzar misiles balísticos armados con armas nucleares en los Estados Unidos.
El lanzamiento de Sputnik llevó al gobierno de los Estados Unidos a concentrar y consolidar los programas de exploración espacial en diferentes agencias y el 31 de enero de 1958 lanzó el Explorer I. Este satélite llevaba una pequeña carga científica que descubrió los cinturones de radiación magnética alrededor de la Tierra, después del investigador principal James Van Allen. Ese verano, el Congreso y el Presidente Eisenhower crearon la NASA, que nació el 1 de octubre.
El lanzamiento de Sputnik creó una rivalidad que duró décadas y envió a los estadounidenses a la luna, pero que en última instancia dio paso a la cooperación y la colaboración. Sesenta años más tarde, los estadounidenses y los rusos trabajan juntos y astronautas de muchos otros países a bordo de la Estación Espacial Internacional.