Una de las cuestiones que más inquietan a los seres humanos es el hecho de que nacemos, crecemos nos reproducimos y morimos; Dentro de esta cuestión está el hecho de que nuestro crecimiento implica envejecer y luego morir. Paradójicamente, esta cuestión también plantea la idea de que las personas podemos buscar la forma de contrarrestar el envejecimiento y así desaparecer el paso siguiente que es la muerte.
Un grupo de investigadores del Instituto de Biología Molecular (IMB) en Mainz, Alemania, han hecho un gran avance en la comprensión del origen del proceso de envejecimiento. Los estudios han identificado que los genes pertenecientes a un proceso llamado autofagia – una de las células más críticos supervivencia procesos – promueven la salud y la aptitud en los gusanos jóvenes, pero impulsan el proceso de envejecimiento más adelante en la vida. La investigación publicada en la revista Genes & Developmentda, en donde se expuso una de las primeras pruebas claras de cómo el proceso de envejecimiento surge como un capricho de la evolución, por lo cual por medio de la auto-fagia en algunos genes y neuronas se podrían detener los procesos del envejecimiento. Estos hallazgos también pueden tener implicaciones más amplias para el tratamiento de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer, el Parkinson y la enfermedad de Huntington, donde está implicada la autofagia y promover la longevidad a través del cierre de la autofagia en los viejos gusanos hay una fuerte mejora en la salud de todo el cuerpo neuronal y posterior.
El envejecimiento es una etapa por la cual todos los seres vivos en la tierra pasan en algún periodo de su existencia, puede presentarse de forma más lenta en unas especies, como a la misma ves de forma más rápida en otras. Esto está implicado en la teoría de la evolución formulada por “Charles Darwin”, donde los seres vivos evolutivos nacemos, crecemos, nos reproducimos y luego morimos como parte de una cadena de vida y muerte. El envejecimiento como una etapa más de esta cadena, el periodo donde un organismo comienza su descenso hacia la muerte, algo natural en los seres vivos, pero al mismo tiempo se ha obtenido información que puede ralentizar o parar el proceso de envejecimiento en los seres humanos.
Según “Thomas Wilhelm”, uno de los co-autor principal del estudio, plantea que el envejecimiento no es solo la consecuencia natural de la evolución de los seres vivos, y plantea lo siguiente: “Lo que más sorprende es el proceso en qué se involucraron algunos genes en el envejecimiento”.
Las evidencias encontradas para armar un rompecabezas de 60 años de edad, fueron encontradas y formuladas por “Wilhelm y sus colegas” quienes siguieron y describieron lo que un subconjunto de estos genes hacen en C. elegans y cómo podrían estar conduciendo el proceso de envejecimiento.
El Dr Holger Richly, investigador principal del estudio, se pronuncio de la siguiente manera: “Encontramos una serie de genes implicados en la regulación de la autofagia, que aceleran el proceso de envejecimiento”. Estos resultados son sorprendentes de hecho, el proceso de autofagia es un proceso crítico de reciclaje en la célula, y por lo general se requiere para vivir una vida normal. Se sabe que la autofagia se vuelve más lenta con la edad y los autores de este trabajo muestran que parece que se deteriora completamente en gusanos más viejos. Demuestran que el cierre de los genes clave en la iniciación del proceso permite a los gusanos a vivir más tiempo en comparación con dejarlo corriendo lisiado. “Esto podría obligarnos a repensar nuestras ideas sobre uno de los procesos más fundamentales que existen en una célula”, explica Holger. “La autofagia casi siempre se considera benéfica, aunque apenas funcione, pero en vez de eso demostraremos que hay graves consecuencias negativas cuando se rompe y entonces es mejor evitarlo todo”. “Es AP clásico”, continúa, “En gusanos jóvenes.
En una revelación final, Richly y su equipo fueron capaces de rastrear la fuente de las señales de la longevidad a un tejido específico, a saber, las neuronas. Al desactivar la autofagia en las neuronas de los viejos gusanos, no sólo fueron capaces de prolongar la vida de los gusanos, sino que aumentaron la salud total de los gusanos dramáticamente
Esto podría aplicarse en un futuro en los seres humanos reduciendo o deteniendo el proceso de envejecimiento natural que experimentan los individuos en la etapa adulta de su desarrollo natural, y de esta forma también dándole una mayor longevidad al hombre quien podrá vivir muchos años hasta que él lo desee o vivir eternamente.