Los recientes estudios climatológicos han demostrado que las corrientes de air que regulan la temperatura de la tierra están cambiado de dirección e intensidad rápidamente en algunas regiones de nuestro planeta, igualmente los estudios geológicos han registrado un aumento del movimiento de las placas técnicas, lo que ha la vez incremento la posibilidad de los movimientos bruscos o temblores en algunas zonas de la geografía terrestre.
El año 2017 le ha traído los peores desastres naturales a los Estados Unidos en forma de Huracanes ” Harvey y Irma” dos monstruos ambientales que están arrasando la costa atlántica norteamericana, el estado de Houston y el estado de la Florida han sido declarados en emergencia por los grandes estragos que dejan a su paso las fuertes corriente de aíre. Al mismo tiempo el terremoto de México de este año (2017) ha sido uno de los movimientos telúricos mas fuertes que han azotado el México, ocurrido poco antes de la medianoche del 7 de septiembre con una magnitud de 8.2 grados en la escala sismológica de Richter.
Los últimos estudios en meteorología y su implicación en los fenómenos climáticos demuestran que el aumento gradual del aíre en nuestro planeta ha generado al mismo tiempo un desencadenamiento de ciclos adversos a los ciclos naturales de la tierra, como por ejemplo; El agua no siguen su ciclo natural, mas bien cae en precipitaciones continuas sobre áreas específicas generando grandes desastres naturales como las avalanchas en el Perú y la Republica del Congo, al mismo tiempo puede tener mucha implicación en los Huracanes que se han presentado en los Estados Unidos.
De otro lado los estudios geológicos han demostrado que el cambió climático influenciado por el calentamiento global también a afectado grandemente la estructura interna de la tierra, y esto a su ves a propiciado los movimientos bruscos de las placas tectónicas que desencadenaran mas temblores de grandes magnitudes en algunas áreas de la geografía terrestre, como el ocurrido en México en el mes de septiembre del 2017.
Todos éstos fenómenos están generando un presagioso final en un apocalipsis climático que puede poner a largó plazo en peligro la vida en la tierra.