Los seres vivos en general nos reconocemos por algunas características particulares como nuestro tamaño y nuestro aspecto. En algunos casos algunos seres vivos son de aspecto muy extraños para los humanos ´por su tamaño o su extraña figura, especialmente los insectos a quienes consideramos como bichos raros.
Los insectos particularmente no son muy conocidos por su gran tamaño ya que la evolución los ha moldeado para aprovechar su pequeño tamaño como estrategia de protección frente a sus depredadores y para aprovechar cierto tipo de energía en forma de alimento como las hojas de las plantas u otros animales más pequeños. En la lista de los insectos más grandes se encuentra en primer número un insecto de nombre Weta.
Los wetas se conocen como grandes ortópteros, nocturnos y ápteros originarios de Nueva Zelanda. Algunos de ellos se encuentran entre los insectos más grandes y pesados (el weta gigante (Deinacrida), por ejemplo) y se cree que son especies muy antiguas, ya que se han hallado fósiles de criaturas parecidas del Triásico, que vivieron hace 180-190 millones de años en Queensland (Australia). Estos poseen un tamaño aproximado de 10 cm.
Los “wetas” han asumido el papel de pequeños roedores: como los ratones y las ratas, ya que permanecen escondidos durante el día en los hoyos que los escarabajos o las polillas hacen en los árboles, y salen por la noche para comer vegetación, desechos en el suelo del bosque o insectos muertos o enfermos.
Dentro de su comportamiento se conoce que los machos son agresivos: cuando se sienten amenazados, levantan sus patas posteriores, que están recubiertas de gran cantidad de espinas. Los machos cuidan un número de hembras e insectos jóvenes. Las hembras ponen huevos entre la vegetación o cerca de ella.