El desarrollo de la humanidad desde tiempos inmemoriales siempre ha implicado el control del tiempo. Las actividades laborales, sociales y algunas culturales; Requieren de un control del tiempo de su realización. Debido a que el movimiento de rotación de la tierra y la respectiva sucesión del día y la noche implican la suspensión en muchos casos de las actividades laborales.
Mediante los meridianos y la determinación de la posición de la tierra con respeto al sol a lo largo del día, se ha segmentado una periódica sucesión del movimiento rotatorio que divide este proceso en un tiempo correspondiente ha 24 horas. Dividiendo la circunferencia terrestre en 360° entre las 24 partes segmentadas, obtenemos sectores imaginarios de 15° de longitud, los cuales reciben el nombre de usos horarios.
Internacionalmente se acordó el meridiano de Greenwich como punto de referencia para este proceso, esto implica que el giro o movimiento rotatorio de la tierra que seda hacia el este, determina que las regiones con husos horarios, que se encuentran hacia el oeste, presentan un horario mas temprano (de día) y las que están hacia el este del meridiano, mas tarde (de noche).
Dentro de los usos horarios también se tiene en cuenta la transcurrencia del día, cuando este culmina, se debe cambiar la fecha; Estableciendo así una “línea internacional de cambio de fecha”, la cual se ubica en el meridiano 180°.
NOTA: Se estableció así debido a que esta región atravesada por la línea internacional de cambio de fecha es una región donde hay principalmente agua y muy pocos sitios habitables.
Cuando el meridiano de Greenwich comienza el día a las (0) horas para los habitantes de algunas islas del pacifico ya han trascurrido 12 horas del nuevo día.