Una marisma se define como un ecosistema húmedo con plantas herbáceas que crecen en el agua. Una marisma es diferente de una ciénaga, que está dominada por árboles en vez de herbáceas. El agua de una marisma puede ser sólo de mar, aunque normalmente es una mezcla de agua marina y dulce, denominada salobre. Las marismas suelen estar asociadas a estuarios, y se basan comúnmente en suelos con fondos arenosos. Aunque se traduzca al inglés como marsh, en español se vincula a aguas con cierta salinidad, mientras que en inglés puede no tener esa connotación.
Las marismas son muy importantes para la vida salvaje siendo uno de los hábitats preferidos para criar una gran variedad de vida; desde diminutas algas planctónicas, hasta una abundante cantidad de flora y fauna, fundamentalmente aves.
La fauna y la flora delas marismas.
Los ecosistemas de marismas presentan las condiciones idóneas para que invertebrados, peces, moluscos, aves y mamíferos vivan, se alimenten y reproduzcan. Los animales fundamentales son las aves acuáticas. Como ya hemos dicho, en las marismas se produce un aporte de sedimentos, tanto de origen terrestre (proveniente del río) como marino (proveniente de las mareas). Este hecho proporciona así una importante riqueza en nutrientes orgánicos. Si a esto le sumamos una buena iluminación, nos encontramos en las condiciones idóneas para el desarrollo de multitud de organismos, tanto microscópicos como macroscópicos.
La fauna de este ecosistema se puede agrupar en:
Organismos microscópicos: la importancia de estos organismos radica en que constituyen la base de la cadena alimenticia. Fundamentalmente existen bentos (organismos que viven en las profundidades), necton, y plancton.
Organismos macroscópicos: Dentro de este grupo, es loable destacar dos grupos: invertebrados y vertebrados.
Invertebrados, como la anémona, la gusana de coco, la gusana de tubo y los detritívoros filtradores (moluscos, crustáceos, etc.), que se ocultan en nichos junto con algunos vertebrados. También abundan los equinodermos, que son objeto de explotación por la actividad marisquera desde tiempos históricos.
Y la flora:
En estos ecosistema, es una verdadera proeza la existencia alguna de flora. Las plantas que pueblan las marismas llegan a soportar concentraciones de sal de 10%, debido al agua procedente del mar, y el viento y el sol se encargan de evaporarla. Los suelos, al estar inundados, carecen de una adecuada aireación, lo que lleva a la muerte de cualquier planta no autóctona. En la zona de marisma podemos distinguir claramente las zonas que están casi continuamente inundadas, de las que lo están de forma más esporádica, por la vegetación existente en cada zona. Las plantas han tenido que adaptarse a fuertes oscilaciones en la concentración de sal (osmóticas), ya que la salinidad del agua puede variar debido a las lluvias y adoptar concentraciones iónicas del agua dulce (un error común es la consideración de que el agua dulce no tiene sales, esto es falso, lo que tiene es distinta composición).
La flora está formada por diversas comunidades vegetales diferenciadas unas de otras debido a la diversidad de hábitats. Se destacan cuatro grupos de vegetación: las praderas marinas, los espartinales, las comunidades suculentas anuales de salicornias y las comunidades halófilas arbustivas. Algunas de estas plantas son: taray, sabina negra, coscoja, lentisco, jaguarzo, jara, romero y, de la familia de la gramíneas, Spartina densiflora y Spartina marítima.