- Nuevas formas de vida descubiertas alrededor de respiraderos hidrotermales (1977). Bob Ballard y la tripulación del sumergible Alvin encontraron nuevas y sorprendentes formas de vida que viven completamente independientes de la energía del sol alrededor de las profundidades marinas, a las que llamaron fuentes hidrotermales.
- El esquisto de Burgess (1909). Charles Walcott expone una veta de fósiles del Cámbrico en las Montañas Rocosas de Canadá, proporcionando una visión de cómo era la vida en la Tierra más de 500 millones de años. Que recoge más de 65.000 ejemplares y clasifica cada uno, descubriendo que los fósiles son los antepasados de los animales vivos.
- Toumai calavera (2002). Michel Brunet desentierra los más antiguos fósiles de homínidos hasta la fecha en el desierto de la nación centroafricana de Chad. Los fragmentos de este cráneo 6-7000000 años de edad, con los características parecidas a los seres humanos, se encuentran fuera de África oriental y meridional, lo que sugiere que la evolución humana pudo haber tenido lugar en todo el continente.
- Estructura química (1850). Friedrich Kekulé se da cuenta de la estructura química del benceno, con lo que el estudio de la estructura molecular a la vanguardia de la química. Él escribe que después de años de estudio de la naturaleza de los enlaces carbono-carbono, se le ocurrió la forma del anillo de la molécula de benceno después de soñar con una serpiente tomando su propia cola.
- Edades periódicas de hielo (1930). El astrofísico Miultin Milankovitch desarrolla una teoría sobre el movimiento de la Tierra al cambio climático a largo plazo y las edades de hielo. Su teoría matemática del clima utiliza las variaciones en la radiación solar sobre la base de estación y la latitud. Su teoría postula que las variaciones cíclicas de la geometría Tierra-Sol, como la forma de la órbita y el ángulo del eje, como resultado niveles diferentes de energía solar que llega a la Tierra.
- Biodiversidad en los Trópicos (siglo 15 hasta la actualidad). En expediciones alrededor del mundo, cuentan los primeros exploradores europeos que los trópicos albergaban una variedad mucho mayor de especies. Este conocimiento permite a los científicos de hoy en día el poder conocer y ayudar a proteger la vida en la Tierra.
- Huellas de Laetoli (1978). Un equipo dirigido por Mary Leaky descubrió huellas fosilizadas de un Australopithecus en Laetoli, Tanzania. Las huellas, que datan de 3,5 millones de años, se formaron cuando dos de ellos se acercaron a la ceniza volcánica húmeda que se habían endurecido como el cemento. Estos antepasados del hombre caminaban con los dos pies, lo que indica que los homínidos caminaban erguidos.
- Expansión del fondo oceánico (1950 – 1960). Añadiendo sus propios datos sobre los cambios en la profundidad del fondo marino y la geología de los descubrimientos de sus compañeros, Harry Hess propone que la teoría de Wegener de la deriva continental es el resultado de la expansión del fondo oceánico. Se plantea la hipótesis de que el magma fundido bajo la corteza de la Tierra está rezumando por entre las placas en la Gran Brecha Global (ahora conocida como la dorsal centro-oceánica). A medida que el magma se enfría, se expande y empuja a las placas de fuera de la grieta, haciendo que el Océano Atlántico se ensancha con el tiempo.
- La radiación cósmica (1911 en adelante). En 1912, Victor Hess viaja a 17.500 pies en un globo de aire caliente (sin oxígeno) y observa que la radiación aumenta con la altitud. Otros experimentos logran convencerlo de que la radiación proviene del espacio. Ahora sabemos que la gran mayoría de los rayos cósmicos son protones, y por lo tanto tienen una carga eléctrica positiva.
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Fullerenos (1985). Robert Curl, Kroto y Smalley Rick Harold descubrieron una nueva clase de compuestos de carbono con una estructura en forma de jaula. Esto nos lleva al descubrimiento de similares estructuras de carbono en forma de tubo. En conjunto, a los compuestos se les llama buckminsterfullerenes, o los fulerenos. Las moléculas están compuestas enteramente de carbono y la forma de una esfera hueca, elipsoide, tubo o anillo. Llamado así por Richard Buckminster Fuller, el arquitecto que creó la cúpula geodésica, que a veces se llaman “buckyballs” o “buckytubes”.